Hábitos que debes cambiar para mejorar tus finanzas personales.
Lo primero es que antes de empezar revise su capacidad de endeudamiento, puede usarla regla 70/30que consiste en destinar el 70% de sus ingresos para los gastos básicos, que son vivienda, educación, salud y transporte; y el 30% restante para el pago de deudas, ahorro y entretenimiento.
Esto solo lo puede lograr haciendo un ejercicio en donde registre juiciosamente sus gastos e ingresos y al final compare cómo está su situación.
Recuerde que la capacidad de endeudamiento también lo revisan las entidades financieras para calificarlo a usted como un cliente confiable al que se le puede hacer cualquier tipo de préstamo, así que sea cuidadoso con sus compromisos si no quiere tener un reporte negativo.
Es importante comprometerse con adquirir un comportamiento que muestre una planificación y organización ante gastos previsibles (estudios, etc.)
Adicionalmente, asegúrese de revisar periódicamente que su empresa le esté haciendo los aportes correspondientes a salud y pensión, así se ahorrará los problemas en el futuro.
No ahorrar: muchas personas tienen el imaginario de que uno debe ahorrar lo que sobra, es decir, después de todos los gastos del mes. No obstante, esta es una decisión que se debe tomar desde el inicio del mes y no al final, lo recomendado es como mínimo destinar el 10% de sus ingresos al ahorro.
No lleva un registro de sus gastos: si quiere hacerse un panorama claro de lo que sucede con sus gastos, realizar un presupuesto es muy importante. Al principio será duro, pero el control constante de cada movimiento le permitirá saber si tiene o no un déficit o en qué puede usar el dinero que le queda libre. Recuerde que existen aplicaciones móviles que le ayudarán a organizar este presupuesto.
Compra de manera impulsiva: la pregunta clave ante una situación de duda es: ‘¿puedo seguir viviendo sin realizar esta compra?’ Si la respuesta es afirmativa, no hay mucho qué pensar: abstenerse de comprar algo de lo cual, seguramente, se arrepentirá después. O si no, ‘consúltelo con la almohada’ pues, muy pocas cosas las compras son realmente necesarias.
Compra todo con tarjetas de crédito: hay quienes recurren a la tarjeta de crédito por todo: viajes, ropa, mercado, cenas, entre otros, y olvidan que este método de pago es una herramienta que permite hacer compras y cancelar el valor posteriormente, pero no son una extensión de los ingresos. Además, entre más cuotas utilice para diferir el pago, el valor de la compra aumentará debido a los intereses. Lo ideal es que haga compras a una sola cuota y que no realice avances.
Aproveche todos los descuentos: aunque existan promociones que merecen ser consideradas, pensar que todas las ofertas que aparecen en el mercado justifican su compra es un grave error, pues no todos los descuentos son reales. Sea escéptico con esos grandes descuentos que dicen “solo por hoy”, ya que siempre habrá rebajas y no todas son tan buenas como parecen.